miércoles, 3 de abril de 2019

Al menos 60 niños vietnamitas no acompañados han desaparecido en Holanda

El Congreso insta al Gobierno a investigar su paradero después que un programa televisivo señalara que pueden haber caído en manos de traficantes de personas.


Entre 2013 y 2017, unos 1.080 menores no acompañados desaparecieron en Holanda de diversos centros para solicitantes de asilo. De estos, al menos 60 eran adolescentes vietnamitas acogidos en refugios especiales para evitar que fueran víctimas del tráfico de personas. Entraron en el país de forma ilegal y contaban con la protección de las autoridades. Los procedentes de Vietnam se consideran muy vulnerables por ser los preferidos de los traficantes, que supuestamente los llevan luego a Francia, Reino Unido o Alemania. Allí pueden acabar en la prostitución o explotados en salones de manicura. La situación evidencia la falta de coordinación de la UE en el caso de los niños extranjeros solos.

En diciembre de 2018, el ministerio holandés de Justicia aseguró que no tenían en esos momentos datos sobre una posible red involucrada en la desaparición de los niños procedentes de Vietnam. Sin embargo, en 2012, Bureau Beke, un organismo especializado en estudios de seguridad y delincuencia, señaló que la policía había encontrado un número creciente de vietnamitas sin documentos trabajando en los cultivos ilegales de cannabis. Y en 2017, la policía militar indicó en un comunicado que había vietnamitas [sin documentación en regla] que dicen ser víctimas de traficantes. “Sospechamos que hay una organización detrás”, aseguraba. Tras las revelaciones del programa, el Gobierno ha anunciado una nueva investigación independiente a cargo del centro especializado en analizar el tráfico de personas. Sus conclusiones serán luego remitidas a la fiscalía. El Parlamento había pedido una reacción oficial sin más demoras.

La ONG británica Every Child Protected Against Trafficking (Cada niño protegido del tráfico) ha analizado el viaje de estos menores a Europa, y traza la principal ruta: llegan a Rusia desde Vietnam en avión, y son trasladados por las mafias a Holanda y Reino Unido a través de Bielorrusia, Ucrania, República Checa y Alemania. “En cada etapa del trayecto pueden ser objeto de abusos, desde la producción ilegal de drogas, a la manufactura de productos falsificados, salones de manicura o prostitución. Los traficantes les dicen que la deuda generada por el viaje se pagará con su sueldo, pero como son forzados a trabajar en condiciones de explotación, solo aumenta cada día. Para que no denuncien o escapen, sufren violencia y les amenazan con hacer daño a sus padres en Vietnam”, reza el trabajo que han publicado.

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